domingo, 30 de septiembre de 2012

Sabor en las calles del Barrio Chino!

domingo, 30 de septiembre de 2012
Un repentino cambio de planes esta vez nos dejó en el Barrio Chino [Juramento y Arribeños] de Gral. Belgrano (Buenos Aires) en búsqueda de nuevas experiencias visuales y algún choque cultural. Nuestra llegada se vio abrumada por la cantidad de gente que caminaba en las primeras cuadras, muy similar a intentar subir al tren en hora pico y, pensándolo mejor es como estar realmente en pleno centro de Hong Kong, ¿no?
Dos enormes Fu Dogs más conocidos como "Leones de Buda" (ya que en realidad representan leones y no perros), protegían el monumental y ornamentado arco de la entrada, y una camioneta no nos dejaba pasar (ni sacar una buena foto del arco)... el tema tránsito es complicado, ya que no son calles peatonales, aunque la gente las usa como tal.



Estuvimos preparando nuestros estómagos desde la mañana, temiendo por lo que podríamos encontrar. Así terminamos en el primer puesto de comidas, uno ambulante, con local, pero sin mesas ni sillas.
La comida venía ensartada en un palito cuan brochette. Hay que pedir servilletas extras, ya que si no, no te las dan y son extremadamente necesarias: la mayoría de estos locales ofrecen comida freída, con chorreante aceite de dudosa renovación. Nuestra entrada consistió en camarones: simples y marinados (hechos buñuelos) con salsa picante y agridulce respectivamente. En el mostrador todos los brochettes están crudos o con una leve cocción, y te los fríen en el momento (2 a 3 minutos más o menos). Los precios de los brochettes rondan los 14 AR$ (2,95 usd) en todos los locales.





Las extravagantes latitas de bebidas sin gas como la leche de papaya (no demasiado dulce), jugo de uvas con uvas enteras adentro (muy bueno, con un ligero gusto a chicle), gourmet coffee (café con leche, regular), té rojo (Muy feo y amargo, se lo terminamos dando a una señora que preguntó por él), pink guava (dulce) costaban entre 7 y 10 AR$ (1,50 usd a 2,10 usd).


(Jugo de uva)

Habían muchísimos más locales como este primero, todos más o menos con las mismas cosas. Fácilmente se puede encontrar brochettes de salchichas fritas de cerdo, bolitas fritas de masa dulce de zapallo y papa, rabas, carne de chivito/cabra, medallones de pescado (lenguado), salchichas de pescado y mariscos, bolitas de pollo frito, chorizo, arrolladitos de carne y masa, buñuelos de verduras, y medallones planos de merluza.
Hicimos una degustación de todos los tipos de mariscos, pescado y pollo de estos puestos. Los camarones en cualquiera de sus recetas son increíblemente deliciosos y, como el mercado del marisco es grande los ingredientes son frescos. El pescado, enfatizando los medallones de lenguado no es más que pescado triturado y masa sin mucho sabor y con mucho cartílago. El pollo es igualmente exquisito, utilizan sólo partes muy blancas de carne para hacer los bollos, recomiendo acompañar con salsa picante para incrementar el gusto. Los arrolladitos de carne o empanadas chinas de carne te los entregan con mucho aceite encima, de coloración muy oscura, sin sabor y muy duros.



(salchicha de masa, pescado y mariscos).

(Buñuelo de verduras)

(Arrolladito de carne)

Los supermercados rozan lo grotesco. Personas impresionables o alérgicas a olores fétidos y desagradables tal vez deberían abstenerse a entrar a ellos. Visitamos un par de supermercados. Hay una sección entera dedicada al ramen de todo tipo, variedad de golosinas, té, pescados, tubérculos y verduras, y muchísimas otras cosas, algunas incomprensibles, desde patas de pollo envasadas al vacío en salsa picante y sin ella, pescado seco y acaramelado, vísceras de pollo envasadas cuan caramelos, huevos de pato y codorniz blandos (con cáscara), y huevos podridos (conocidos como "Huevos de mil años" o "Pídàn" 皮蛋), los century egg realmente no tienen mil años pero hay que enterrarlos en una mezcla de arcilla, ceniza, sal, cal y hierbas secas de la planta del arroz, regada con té, durante un periodo de tiempo, que puede ir desde varias semanas a varios meses.





También cosas más amenas y algunas más cotidianas. Los mochis son pequeñas gomitas multicolores con distintos rellenos de frutas, frutos y semillas: red bean jam (frijoles rojos), sesame jam (semillas de sésamo), cherry blossom jam (cerezas), green tea jam (té verde), taro jam (cormos de tardo es una planta similar al jengibre),y yam jam (ñame, una especie de papa).




Uno de los postres más caros de la sección "panadería y masas rellenas" que encontramos son los #ultrarecomendados Pastelitos Rellenos de Dulce de Poroto de Aduki. Muy similar a pancakes pequeños hechos a base de harina de trigo y miel, con relleno de dulce de poroto y masa esponjosa. Su valor es de 8,50 AR$ (1,80 usd) dos unidades.



Los ramen y otros tipos de sopas y fideos secos están baratísimos y son muy bien recibidos por todos (los valores oscilan desde los 4,50AR$ hasta los 50 AR$). Pero, otras cosas de aspecto más estrafalario y que parecían estar rellenos de huevos de algún tipo de batracio, resultaron ser simples jugos de fruta en bonitos frascos de vidrio (valor 14 AR$ - 2,95 usd).


(pulpa de frutilla ¿?)


El Barrio Chino es un colorido lugar al que visitar, no tuvimos la suerte de probar en este viaje los restaurantes, aunque no nos resultaban llamativos habiendo tantas cosas que ver en la calle completamente ¡gratis! y comprar en los stands de comida.
Los locales y galerías abundaban en adornos colgantes y color amarillo y rojo (Fortuna y Suerte, respectivamente).





Otros tipos de golosinas, una galleta que predijo nuestra suerte, un intento de manjús que no lo eran, bollitos bao tzu de carne de cerdo, mariscos y vegetales con masa hecha al vapor, y una desubicada bandeja de sushi (35AR$ = 7,35usd) marca "fuji sushi" (auténtico sushi japonés según la etiqueta) de 12 piezas, con queso philadelphia, arroz koshihikari, la mayoría con salmón rojo, otros de atún y el resto de kanikama con su porción bastante generosa de wasabi, acompañaron nuestra merienda y el final del recorrido con choque cultural, visitamos los numerosos bazares y tiendas de chucherías que nos susurraban tentadoramente, pero no compramos nada, sólo un nunchakus.


(golosinas crocantes con relleno de chocolate)






(Galleta de la fortuna)

Ninguno de nuestros acompañantes falleció o tuvo problemas estomacales después de visitar el Barrio Chino :)

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