domingo, 9 de septiembre de 2012

¡Waffles del Mundo!

domingo, 9 de septiembre de 2012
Luego de otra semana de lluvias tuvimos un descanso ideal para recorrer con más ánimos lugares exóticos, y una imprevista idea nos terminó dejando en Tigre, partido de Buenos Aires, con la idea de llegar pronto al Puerto de Frutos por mero paseo. Un local atrajo nuestra atención:



























En realidad, y antes de emprender el viaje, ya habíamos amanecido con ese inherente antojo de desayunar algo dulce (y terminamos desayunando alrededor del mediodía y algo salado), pero el hermoso, caluroso y refrescante día obligaba a salir y recorrer centenares de kilómetros para encontrar algo que satisfaga la deuda pendiente del desayuno dulce, y qué mejor que: ¡waffles!
Cuando mi compañero me dijo que de hecho ya conocía este local no me quedaron dudas de que era el lugar que estaba buscando y con sólo acercarme a la entrada confirmé que estaba en lo correcto. 





Waffles del mundo [Perú 1335 (Perú y Brasil)es un restaurante pequeño, con muchas variedades de tortas, copas y postres, y en cuanto a waffles, los hay tanto dulces como salados e incluso al estilo comida rápida, pudiéndolos pedir por la vidriera hasta unos que vienen empalados, para comer en el camino. Pero, si estas con tiempo y hay una mesa disponible recomiendo que se queden, vale la pena pasar y observar el resto de los platos e ingredientes. 
Los waffles empalados son un invento argentino para llevar, vienen con distintos rellenos y bañados en salsas o cremas. Cabe aclarar que también se pueden conseguir waffles belgas con helados y diversas frutas, estadounidenses con frutos, manteca y miel, e incluso al estilo crêpe de París, de forma cónica con cualquier relleno.



Al entrar, tuvimos la suerte de que justo en aquel momento se levantaba una pareja y, aunque íbamos a terminar cerca de los baños, nos apresuramos en sentarnos. Es un lugar donde se pueden reservar mesas, por lo que realmente es difícil encontrar un lugar cómodo, principalmente teniendo en cuenta la proporción del lugar y disposición de mesas y muebles; por ejemplo, el exhibidor que está frente a la ventana ocupa mucho espacio en el interior, pues es donde también preparan los waffles, y en el otro extremo se encuentra la barra de bebidas, zumos y licuados, dejando el espacio entre ellos para las mesas.

Nos entregaron unos sencillos menúes de madera en los que describían la gran diversidad de waffles y sus variantes, y luego de citar las bebidas en la penúltima página, podías encontrar una categoría "postres", en el caso de que no haya quedado en claro que es su especialidad. La atención es veloz, no tardaron mucho en traer el primer plato con el infaltable waffle empalado salado. El relleno, que se suponía era lomo y queso, no era precisamente de lo más abundante, especialmente la porción de lomo. Mucha masa, esponjosa y no grasienta, con la crema de queso (casancrem) y cebolla de verdeo hacían igualmente una buena combinación, aunque no mostraba las mejores cualidades del local.



Esperamos ansiosos, por lo tanto, el plato dulce, mientras veíamos salir un waffle tras otro, copas de frutos del bosque, porciones de tortas, más waffles y personas que prácticamente devoraban su pedido, y el nuestro, al menos para nuestras ansias, tardó en aparecer. 
Los pedidos fueron waffles Belgas, con frutos del bosque (frambuesas, moras, fresas, arándanos y guindas) acompañados de una base de nutella, y el segundo similar sólo que reemplazando la nutella por salsa y cobertura de chocolate, como opcional podías agregarle un jopo de crema chantilly.  
Y aquí se los presento:








Las frutas rojas resultaron de incomparable frescura, incluso las tan evasivas frambuesas que es casi imposible encontrarlas sin que las hayan sacado de almíbar o conserva. Aunque no era época de esta fruta, éstas suculentas frambuesas parecían recién cosechadas!
Las texturas de la muy suave masa y aquellas partes en el "estampado" que llegaron a tostarse un poco hacían que el balance de crocante y esponjoso fuera perfecto, y eso sumando a los distintos sabores de la cobertura de frutas, entre ácido, dulce y cremoso, resultaba simplemente delicioso. Principalmente, creo, porque hayan incluido guindas en la preparación, pues no es muy común esta fruta debido a su sabor un tanto débil, pastoso y levemente dulce; eso mismo hizo que se balanceara la extrema dulzura de las frambuesas y moras, y la acidez de los arándanos y frutillas.
La Nutella en uno de los waffles tenía una presencia relevante, ya que su sabor a avellanas era tan indiscutido como el de las frutas. En el de chocolate, sin embargo, la salsa que usaron resultaba casi indiferente, sin mayor presencia que darle sabor a la composición como un todo, y no para aportar propiedades del chocolate por sí mismo.






 En definitiva, un lugar digno de conocer, recetas dignas de probar y un recorrido digno de sufrir, porque como se sabe, y aún dadas todas las cualidades de la ciudad, Tigre es insufrible si no tuviera todas estas atracciones, pues de la cantidad de gente uno tiene que luchar porque no tomen su lugar, incluso en las veredas.

#Altamente Recomendado

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